La historia sigue a Yaguchi Haruo, un muchacho de sexto en el año 1991 y que vive para los videojuegos. No es popular en la escuela, no es guapo, no es divetido y ni siquiera es simpático. Lo único que se le dan bien, son los videojuegos. Un día, en un salón recreativo, se encuentra a Oono Akira, compañera de clase y que es guapa, inteligente, lista y popular. Ambos jugarán a Street Fighter II, solo para que Haruo pierda 30 partidas seguidas contra la chica, la cual resulta ser invencible en cualquier juego.
Akira comenzará a seguir a Haruo en todas sus visitas a los recreativos para pegarle palizas en todo juego existente, algo que al muchacho molestará bastante en un inicio… pero que acabará haciendo que forjen una extraña amistad.

Capital Imperial, año 1930.

Un extraño grupo de personas portando instrumentos musicales llega a la estación de Tokio. Son los “Jaegers”, y han llegado para dar caza a vampiros. Entre ellos hay un joven con una increíble serenidad y un aura diferente al resto: Yuliy, un joven hombre lobo cuyo pueblo natal fue destruido por los vampiros.

Yuliy y los Jaegers se enzarzan en una mortal batalla por un misterioso arco sagrado conocido como “El arco de Sirius”. ¿Qué verdad les aguarda al final del camino?

La historia se desarrolla en la Inglaterra de principios del siglo XI, siendo Thorfinn hijo de uno de los grandes guerreros vikingos asesinado por el mercenario Askeladd, a quien Thorfinn jura matar. Con la intención de retarle a un duelo, Thorfinn se une al grupo de Askeladd, estallando entonces una guerra por el trono de Inglaterra.

La historia de suspense nos presenta a Zen Seizaki, un fiscal del distitito de Tokio que investiga ciertas irregularidades en una compañía farmacéutica. Indagando sobre el asunto, Seizaki se encuentra con una conspiración para unas elecciones en referencia a una “nueva zona” establecida en la zona oeste de Tokio.

La historia de suspense está protagonizada por personas que poseen la habilidad de infiltrarse en las mentes ajenas y manipular sus recuerdos. Estos poderes se han usado desde siempre para encubrir incidentes, asesinatos y todo tipo de fechorías por las bandas de criminales, pero estos poderes no solo son capaces de quebrar los espíritus de los demás, sino que también van corrompiendo los corazones de sus propios usuarios. Sus usuarios tendrán que protegerse entre ellos, como si fuesen una sola unidad, y los llaman “Pets”, mascotas, sintiendo los demás por ellos una mezcla de miedo y desprecio.