...Hirasaka Hatsune, otra Jorogumo (yokai araña) del juego Atlach-Nacha (el cual a su vez es el nombre de la Diosa Araña de los Mitos de Chthulu).




La yokai araña era muy peligrosa, ya que poseia una inteligencia similar o tal vez superior a la de un ser humano. Herida por Hyakkimaru fue encontrada por un humano bondadoso y compasivo, que la cuido y la alimento aun cuando el tuviera que pasar hambre.
Me gusto que ella veia el alimentarse de la fuerza vital de otros simplemente como una consecuencia de ser un depredador, y de hecho elegia no matar a los humanos sino simplemente sacarle una parte de su fuerza vital. Aun asi le sorprendio la filosofia del humano que la salvo, y en ningun momento bebio de el.

La escena final, cuando la yokai salvo al humano y sonaba esa musica tan hermosa, y Hyakkimaru bajo la espada porque vio que su alma se volvio mas humana...me conmovio.

Lo se, soy un blandito, se me pianto una lagrima.

Un final feliz despues del capitulo anterior. Y con el plus de ver a Hyakkimaru reirse un poco.

Esta vez el demonio fue un cienpies gigante. Y fue un poco mas jodido de lo acostumbrado para Hyakkimaru porque el demonio generaba una nube que cubria su rastro con un aura demoniaca, ademas de protegerlo del poder destructivo de la luz del Sol. Sin embargo esto lo obligo a aprender a usar su sentido de la audicion para poder localizar el bicho.

En eso conocimos a un chico huerfano llamado Saru y a su "hermana", que decidio sacrificarse para que el bicho no se morfara a todo el pueblo. Mentiria si dijera que no pense igual que Saru, mas viendo como lo trataban, o sea que se podian ir a la mierda, pero la hermana pensaba de otra manera.

Asi que Dororo y Saru, que los tienen de adamantio fueron a pelearse con el bicho.
Hasta tiro una al estilo de Schwarzenneger en Depredador : "Si sangra es que podemos matarlo".
En este caso fue "Si se come a la gente es que tiene una boca y un estomago. Se los cortaremos."

Pense que la "hermana" habia muerto pero el bicho todavia no la habia digerido, asi que otro final feliz y con nariz nueva. Bah, no tan feliz porque lo primero que olio el prota en su vida fue el olor a huevos podridos de los gases volcanicos.

Me da miedo porque la semana que viene volvemos al material original, y probablemente al modo cortarse las venas.