Porqué Shingeki no Kyojin es diferente (Parte 2)
Hay que agregar que existen cosas que parecen agujeros de guión, sin serlo. Son situaciones que parecen ilógicas, pero resultan ser contradicciones que se dan en la propia realidad. Así que no cuentan como tales.
La visión de Eren y la historia
El sueño del protagonista, Eren Yeager, consiste en: ‘La Libertad’.
La historia, que comenzaba con la invasión de los titanes a un estrecho territorio donde lo que quedaba de humanidad sobrevivía a duras penas dentro de murallas de protección, y el combate contra esos titanes, funcionó muy bien como gancho en las primeras entregas. Hasta ese momento, se trataba de la típica historia estilo shonen, de acción, de los buenos muy buenos contra los malos bien identificados, de los humanos contra los monstruos. Brutal y un tanto oscura (al mejor estilo Berserk o Claymore), pero carente de polémica, digamos.
Por supuesto, incluso en los primeros capítulos se tocaban temas más profundos, como las consecuencias económicas, políticas y sociales que traía la caída del muro María, con los sobrevivientes compitiendo por un territorio aún más pequeño (e incluso, teniendo que sacrificar fríamente al 20% de su población poco más tarde en aras de mantener esa supervivencia).
Pero, el antagonista principal seguía siendo deshumanizados gigantes, sin conciencia y sin objetivo aparente, que podían (y debían) ser eliminados por los buenos sin con esto tocar el menor dilema moral. Hasta ahí.
Por supuesto, incluso en los primeros capítulos se tocaban temas más profundos, como las consecuencias económicas, políticas y sociales que traía la caída del muro María, con los sobrevivientes compitiendo por un territorio aún más pequeño (e incluso, teniendo que sacrificar fríamente al 20% de su población poco más tarde en aras de mantener esa supervivencia).
Pero, el antagonista principal seguía siendo deshumanizados gigantes, sin conciencia y sin objetivo aparente, que podían (y debían) ser eliminados por los buenos sin con esto tocar el menor dilema moral. Hasta ahí.
Los conflictos internos que surgen promediando la historia, con revoluciones, mucha violencia que incluye asesinatos por parte de los héroes de la historia (Eren y sus compañeros de las fuerzas expedicionarias) empiezan a desdibujar el sencillo esquema buenos/malos que tenía en un principio. Y es bastante incómodo de leer.
Por ahora, el sueño de Eren, ‘La Libertad’, implica para él un mundo donde los titanes, esos monstruos sin conciencia, no dominen más a los seres humanos (o a los seres humanos dentro de las murallas, pero no nos precipitemos…). Eso solo, nada más y nada menos. Hasta aquí, nada extraordinario.