A mí me encantó, me pareció genial este animé. Qué sé yo, me produjo una sensación indescriptible de placer estético pero a la vez un cacho de tristeza, como toda obra de arte.
Tal vez pueda acotarse la falta de profundidad del plano psicológico de los personajes; pero para mí fue la suficiente como pa' crear una terrible afinidad con Haji o con Saya, p. ej.
En fin, zodape de animé, loco.
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Lo siento, don Yanagi.