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Las cronicas de Midgard libro I. (Novela)
#6
Capitulo II: La legendaria espada de la escarcha

En la parte más lujosa del castillo de Miltran se estaba llevando a cabo una celebración. Una extraña y sobrenatural bruma roja se elevaba hacia el cielo como si fuera un brillante escudo carmesí a la vez que antinatural. La niebla formaba una barrera infranqueable hacia las puertas del castillo. Podría caminar uno por ahí dentro que seguro se perdería.
La lluvia caía copiosamente sobre ellos dos. La reina roja y el ladrón de las Camelias debían entrar a como de lugar. Estaban envueltos en sus capas de viaje negras, como para pasar desapercibidos, el problema radicaba en como pasarían aquella inquebrantable defensa. Los informes de hombres toro estaba asustando a la gente de Syrup y esa niebla roja no daba tranquilidad justamente.
-¿Qué hacemos ahora Reina?...
-Como alquimista tengo una habilidad única, los polvos evanescentes. Nos van a permitir entrar en las mazmorras y rescatar a… bueno, a él.
La reina sacó unos polvos que esparció sobre ellos y dos segundos después estaban en las mazmorras.
-¿Pueden hacer eso los alquimistas?
-Así es… mi maestra me lo ha enseñado… los polvos evanescentes fueron usados por primera vez en… ¿Me estás escuchando? –Kait no le daba bolilla, trataba de seguir los olores que provenían de los muertos. Distinguió dos olores de dos vivos.
-¡Se fueron por allá!
-¿Fueron? –Inquirió la reina- ¿no era uno solo?
-Parece que alguien lo está ayudando… ¿La pregunta es quien?
Caminaron por el laberintico complejo de mazmorras. El olor ocre a muerte era demasiado fuerte. Tuvieron que detenerse varias veces por las nauseas de Kait. La reina roja caminaba como si explorara el lugar buscando algunas bayas secas.
-Parece que no es la primera vez que entras a un lugar así…
-Bah! Ni que fuera para tanto, -Dijo la Reina- … ¿Escuchaste?
-¿Qué cosa?
-¿No te parece extraño? Huele a muertos pero no hay nadie detrás de las rejas.
Kait entró en una celda que estaba abierta y se fijó. Obviamente la Reina tenía razón.
En la celda había olor a muerto pero no había ninguno de ellos. ¿Qué estaba pasando?
De repente un temblor lo sacó de sus cavilaciones. La reina entró en la celda y la cerró con unos polvos que llevaba en un bolsillo.
-¡Silencio! –Le murmuró por lo bajo.
Kait aguardó con el corazón en la mano. Sentía que algo iba a pasar, algo terrible… De pronto, como si alguien hubiese leído sus pensamientos, un ojo enorme apareció en la reja. Sabían muy bien lo que era: Una Liana.
Las Lianas son una especie de víbora gigante que vive en los pantanos, supuestamente, al oeste de Axaroth. Pero lo importante en aquel momento es que hacia allí.
-Una Liana ciega… Ahora entiendo porque el olor a muerte sin cadáveres –dijo en un susurro la reina. Sacó de entre su pelo platinado una aguja y la lanzó hacia fuera de la celda.
Mirando mejor, no era una aguja… ¡Era un pelo de su cabeza!
El pelo golpeó contra una roca lejana y la Liana se alejó en esa dirección. La reina cruzó sus dedos y bajo un hechizo abrió la reja, rezando que la Liana no los escuchase. Kait la siguió





Raziel Saehara
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Las cronicas de Midgard libro I. (Novela) - por Raziel_Saehara - 14-10-2012, 21:05