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Segunda Parte:

Varios hechos sugieren lo primero. Durante un experimento reciente con capuchinos que usaba pepino como incentivos, un asistente en la investigación tuvo la idea de cortar los pepinos en discos en vez de en cubos, como era común. Uno de los capuchinos tomó una rebanada, la empezó a comer y luego fue corriendo al investigador a ver si no podía "comprar" algo más dulce con ella. Para el capuchino, una rodaja redonda de pepino tenía una apariencia muy similar a las monedas de plata de Chen como para ser considerado otro tipo de moneda.

También está el robo. Santos ha observado que los monos nunca guardan dinero deliberadamente, pero cuando lo hacen, a veces les roban una ficha o dos durante el experimento. Los siete monos viven en una habitación principal comunal de unos 750 pies cúbicos. Para los experimentos, un capuchino a la vez es metido en una cámara más chica adyacente a la anterior. Una vez, un capuchino en el area de testeo tomó una bandeja entera de fichas, las tiró en la cámara principal y fue corriendo tras de ellas -- una combinación de fuga de la cárcel y asalto bancario -- lo que llevó a una escena caótica en la cual investigadores humanos tuvieron que entrar a la cámara principal y ofrecer sobornos de comida por las fichas, un refuerzo que en efecto ayudó a más robos.

Algo más pasó durante la caótica escena, algo que convenció a Chen del verdadero sentido del dinero que tenían los monos. Talvez fue la característica más distinguible de dinero, despues de todo, es su fungibilidad, el hecho que puede ser usado para comprar no sólo bienes sino cualquier cosa. Durante el caos en la jaula de los monos, Chen vio algo por el rabillo del ojo que luego trató de conciliar pero en el fondo de su corazón sabía que era verdad. Lo que presenció fue probablemente el primer intercambio de dinero por sexo en la historia de moneidad. (Prueba aún mayor de que los monos entendían el dinero: el mono que había sido pagado por sexo inmediatamente cambió la ficha por una uva.)

Esto es un tema sensible. El laboratorio de capuchinos en Yale ha sido construido para ser lo más comfortable para los monos como sea posible, y especialmente para permitirles a a ellos llevar a cabo todo en una estado natural. La introducción del dinero fue bastante bastante engorrosa; no se reflejaría bien en nadie si el laboratorio se transformara en un burdel. Con este fin, Chen ha tomado medidas para asegurarse que en el futuro, el sexo entre monos en Yale ocurra como la naturaleza dicta.

Pero estos hechos existen: Cuando se les enseña el uso de la moneda, un grupo de monos capuchinos respondió bastante racionalmente a incentivos simples; respondieron irracionalmente a apuestas riesgosas; fallaron en ahorrar; robaron cuando pudieron; usaron el dinero para la comida y, en ocasiones, para el sexo. En otras palabras, se comportaron de manera bastante similar como las criaturas que la mayoría de los colegas más tradicionales de Chen estudian: el Homo Sapiens.

Source: New York Times
Traducción: neon.
Cualquier error en la traducción o en la ortografía es mío y de nadie más.

TL;DR: Cuando a un grupo de monos capuchinos se les enseñó el concepto de moneda, lo usaron para tener sexo.