No es muy jodido el 'mensaje'.

Hay 2 grandes "consideraciones" que se pueden inferir del experimento:

La gente en un ámbito inesperado como el subte, reconoce que hay un gran músico tocando ? (Y no esta mal que sea en el subte, porque justamente es el caso mas extremo de 'inesperado', todos tenemos el pre-concepto que el tipo que toca en el subte es un flaco que no tiene laburo en otro lugar, a su vez, tenemos fe en que 'el mercado de la música' es un buen juez, ya que, el que esta en el subte porque no tiene laburo inducimos que es porque 'no es bueno') Ahora, con todo esto en contra, el ámbito hostil e inesperado del subte, ¿es reconocible el talento de este músico que supone ser de primera linea?

Luego la otra consideración en la que hay que reperar es la operación mental que la gente que reconoció el talento hace: "vale la pena quedarme escuchando a este tipo a cambio de los problemas laborales que implica llegar 30 minutos tarde?"

En este último punto entra el project manager que, aun teniendo que discutir el presupuesto del mes pudo disponer de sólo 5 minutos a escuchar al tipo.

Y entonces, llegar al lugar común de "en esta sociedad pos-moderna que se vive a mil por hora 'la belleza' 'el alimento del alma' esta dejado de lado en pos de la vorágine laboral"

Eso discute el experimento, no otra cosa.