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Las cronicas de Midgard libro I. (Novela)
#1
[COLOR="Red"]Bienvenidos de nuevo a mi rincón. Gracias a AAF por dejarme postear mis novelas.
En este caso se trata de "Las cronicas de midgard Libro I". Un poco de breve reseña de como se formo la idea.
Esta historia paso cuatro veces por el basurero de novelas que escribia simplemente por que no me agradaba como quedaba. Entonces un día hablando con mi tío me dice: ¿Queres jugar Dungeons & Dragons? y dije ¿Por que no? Me explico las reglas y accedí a jugar. Al principio me parecia algo imposible de lograr. El Dungeon Master (Mi tio) me ponia trabas en cada momento y a medida que el relataba se me iba ocurriendo una idea.
¿Alguien conto alguna vez lo que paso un milenio despues de que los dioses mayores (AEsir) y Dioses menores (Vanir) se murieron durante el Ragnarok? La verdad si alguien lo hizo o no, carecía, y carezco aún, de respuesta. Así que con una dosis de Dungeon & Dragons y mucha literatura fantastica (especialmente Margaret Weiss y Tracy Hickman, que tambien crearon una enorme saga de libros gracias a D&D como son Dragonlance) me lance a escribirla. Y, debo admitir, con algo de ayuda de los moderadores, y otros, de la pagina que me corrigieron las narraciones.[/COLOR]

Un poco del libro: Han pasado Mil años del Ragnarok, las sociedades siguen en guerra. El puente Bifrost , que unia los nueve mundos del Yggdrasil (El arbol de la vida) a caido en desgracia, sin embargo un grupo de heroes esta dispuesto a cruzar sus restos. Los Morganitas, la raza maldita de Midgard, encerrados en Axaroth la ciudad del espejo, buscan su salida. Sin embargo nuestra historia nos centra en Kait, un joven que desconoce su pasado y, aun peor, desconoce su futuro hasta que se cruza con el orbe de Nimbluzz y el gran dragón dorado Crushank... ¡Un destino fatal le aguarda!
{ Este tema ha sido editado, no postees tan rápido, editá }
Las crónicas de Midgard. Libro I.
Prologo.

¡El mundo nórdico! Sus nueve mundos imponentes distanciados solo por la guerra. Nosotros los dioses amábamos estos mundos. Pero, ¿Cómo se crearon? ¿Quién nos creo? Preguntas que solo el hacedor Nitsurg lo sabe. ¿Quién escribe las historias que nos cuentan nuestros abuelos? Los AEsires, dioses mayores cuyo poder va mas allá del entendimiento de las distintas razas del árbol de la vida –Llamado Yggdrasil-, Los Vanires que en vano luchamos aquella guerra y los gigantes de la escarcha y del fuego eterno forjados con el martillo de los enanos mas hábiles en las cavernas subterráneas de Alflheim hemos sido derrotados.
La supremacía de Loki y sus hijos han dejado una tierra devastada por el caos y la codicia. Nosotros hemos muerto, pero hemos dejado un legado.
El Ragnarok no será eterno, ha dicho Nitsurg y si él lo dice es palabra santa. Aunque los dioses no existan más tenemos orden y caos, creación y destrucción, Amor y Odio… Lo tenemos.
{ Este tema ha sido editado, no postees tan rápido, editá }
Capitulo I: El ladrón de las Camelias

-¡No me atraparan vivo! –Gritó el joven mientras corría con la joya en las manos y lanzaba un líquido al suelo.
El hombre que lo perseguía era gordo y su cara estaba rematada con un Mostacho tan grande como su estomago.
Luego de correr por un pasillo muy angosto y aprovechando su cuerpo esbelto y ágil salto a uno de los árboles que el conocía bien ya que era a su vez como su casa. Allí, en aquel árbol, no había nada a que esquivarle: era su casa.
Kait era un ladrón con amplia experiencia en robo de joyas y otras similitudes. A veces robaba por gusto, otras por pedido. Kait tenía tan solo dieciséis ciclos, una edad joven para ser ladrón dirían algunos pero no es tan así. Kait robaba pero tenía una razón: Nadie lo quería. El no sabía por que, había sido así durante toda su vida, o lo poco que tenía de vida. Sus dieciséis ciclos habían sido duros. Por suerte hacia tres años atrás había conocido a un tipo, un mercenario de nombre Ishtar, que le mostro el camino a seguir. Ishtar… Hacía mucho que no lo veía.
Por cierto, el líquido que arrojo Kait al suelo era una suerte de veneno. Seguramente el tipo ya estaría muerto. Era un veneno conocido como “Astur”, no se detectaba tan fácilmente y se evaporaba en cuestión de segundos.
Kait vivía solo, en una casa en un árbol… no tenía recuerdos de su niñez, ni uno… Kait tomó una manzana de su árbol-casa y la masticó saboreando su dulce sabor. Entró a su casa dejando la puerta abierta ya que hacia calor y puso el botín robado junto a los otros. Realmente no le daba valor a lo que robaba… solo lo robaba por capricho.
En un anuncio oficial había anunciado el rey, al cual no conocía ni quería conocer, que se exponía para que todos la pudieran ver la joya favorita de Freya, el colgante de las camelias.
Aquella joya según los textos antiguos era fuente de poder para los dioses. ¡Ja! ¿De que les sirvió? ¡Murieron todos! Incluyendo el principal causante del Ragnarok: Loki. Según las leyendas Loki y sus hijos atacaron el Valhala, la morada de los dioses, con el fin de destruir a Odín, su padre. Al parecer su hijo favorito era Thor, el dios de los truenos, que dicho sea de paso también murió. En aquel momento, y a decir verdad, dudó de la veracidad de esta historia. ¿Cómo puede morir un Dios? ¿Acaso no son inmortales?
El sol calentaba de una manera insoportable la casa. Esta estaba hecha de madera balsa y una mezcla extraña de arena, un polvo llamado “Cal”, y por supuesto agua.
Salió al umbral de la puerta y observó el cielo. Otro día aburrido. Había logrado el robo que menos le preocupaba. Tenía otro robo dentro de unos días. ¿Podría descansar? Decidió que si, así que se tiró en su jergón de paja que era donde dormía. En pocos segundos se quedó dormido. Soñó y no fue bueno. Los sueños de Kait siempre terminaban cumpliéndose.
Habían pasado unos minutos o tal vez días cuando Kait despertó. Le dolía la cabeza. ¿Había soñado? Bah, que importaba, quien iba a saber de sus sueños. Una lágrima rodó por su mejilla.
-¿Una lágrima?
Eso era malo. ¡Tenía que recordar el sueño! Hizo todo lo posible pero no pudo lograrlo. Decidió que lo mejor que podía hacer era dar una vuelta a la ciudad para ver que estuviera todo bien.

Un hombre alto y fornido de ropaje oscuro caminaba por el valle anterior a las compuertas de la ciudad a la cual había elegido: Syrup. Todo estaba en sus planes. Su tiempo de venganza había llegado. Pero antes pasaría a ver a alguien. En el centro de la ciudad crece un árbol, un Ombú manzanero, y sobre su rama central hay una casa. Su amigo Kait vivía allí. Era un ladrón. El ladrón más buscado de Syrup. Cómo nadie se había avispado que vivía en el centro mismo de la ciudad, era un misterio.
Camino costeando la entrada principal. Sería mejor no llamar mucho la atención.





Raziel Saehara
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Las cronicas de Midgard libro I. (Novela) - por Raziel_Saehara - 07-10-2012, 22:34