13-09-2008, 04:42
Dirección: Vincent Ward.
País: USA.
Año: 1998.
Duración: 116 min.
Interpretación: Robin Williams (Chris Nielsen), Cuba Gooding Jr. (Albert), Annabella Sciorra (Annie Nielsen), Jessica Brooks Grant (Marie Nielsen), Josh Paddock (Ian Nielsen), Rosalind Chao (Leona), Max von Sydow.
Guión: Ronald Bass; basado en la novela de Richard Matheson.
Producción: Barnet Bain.
Música: Michael Kamen.
Fotografía: Eduardo Serra.
Montaje: David Brenner y Maysie Hoy.
Diseño de producción: Eugenio Zanetti.
Dirección artística: Tomas Voth y Christian Wintter.
Vestuario: Yvonne Blake.
Decorados: Cindy Carr.
Dirección de producción: Thomas Clary, Barbara A. Hall y Joe Stokes.
Extraña. Más Allá de los Sueños es eso, una película poco convencional que se adentra en un tema muy manido desde una perspectiva, si no nueva, al menos sí evidentemente arriesgada. En resumen, no estamos ante un típico producto de Hollywood al estilo Ghost, de lágrimas fáciles y situaciones previsibles, pero tampoco nos encontramos con un producto afortunado, pues su rareza se transforma en una frialdad que lastra a la película casi de principio a fin. Así, los personajes hablan y hablan, en teoría expresando sus sentimientos, pero no se percibe la emoción en sus palabras. Existen escenas aisladas en las que esto sí ocurre, pero duran poco y enseguida la película vuelve a su rutina, la de la indiferencia. ¿Por qué, cuando el protagonista muere, tenemos que estar tanto tiempo contemplando cómo es su cielo? Será todo muy bonito, pero en realidad no aporta nada a la historia. Y es algo que también sucede en las secuencias donde abundan los efectos especiales; vemos escenarios irreales, parajes adornados por luces celestiales que, paradójicamente, no transmiten la sensación de paz y bienestar que se supone deberían llegar al espectador.
Probablemente la culpa de todo ello recae en el director, Vincent Ward, que no sabe aprovechar los maravillosos decorados que otros han creado. Por otra parte, nos encontramos en un mundo enfrentado, de paraísos e infiernos, lleno de contradicciones, cuando se supone que, tal y como le dicen al protagonista, cada uno puede elegir qué hacer en él (vamos, que me suena un poco raro eso de castigar a los suicidas y a los locos). Y es que el guión de Ron Bass es pretencioso, y parece aspirar a ser algo más de lo que en realidad es, con frases rimbombantes y recursos por el estilo. Sin embargo, esta vez sí hay que agradecerle que haya optado por el final feliz, pues era algo necesario después de ver tanta tragedia.
Particularmente me gusto muchisimo.
Salu2
País: USA.
Año: 1998.
Duración: 116 min.
Interpretación: Robin Williams (Chris Nielsen), Cuba Gooding Jr. (Albert), Annabella Sciorra (Annie Nielsen), Jessica Brooks Grant (Marie Nielsen), Josh Paddock (Ian Nielsen), Rosalind Chao (Leona), Max von Sydow.
Guión: Ronald Bass; basado en la novela de Richard Matheson.
Producción: Barnet Bain.
Música: Michael Kamen.
Fotografía: Eduardo Serra.
Montaje: David Brenner y Maysie Hoy.
Diseño de producción: Eugenio Zanetti.
Dirección artística: Tomas Voth y Christian Wintter.
Vestuario: Yvonne Blake.
Decorados: Cindy Carr.
Dirección de producción: Thomas Clary, Barbara A. Hall y Joe Stokes.
Extraña. Más Allá de los Sueños es eso, una película poco convencional que se adentra en un tema muy manido desde una perspectiva, si no nueva, al menos sí evidentemente arriesgada. En resumen, no estamos ante un típico producto de Hollywood al estilo Ghost, de lágrimas fáciles y situaciones previsibles, pero tampoco nos encontramos con un producto afortunado, pues su rareza se transforma en una frialdad que lastra a la película casi de principio a fin. Así, los personajes hablan y hablan, en teoría expresando sus sentimientos, pero no se percibe la emoción en sus palabras. Existen escenas aisladas en las que esto sí ocurre, pero duran poco y enseguida la película vuelve a su rutina, la de la indiferencia. ¿Por qué, cuando el protagonista muere, tenemos que estar tanto tiempo contemplando cómo es su cielo? Será todo muy bonito, pero en realidad no aporta nada a la historia. Y es algo que también sucede en las secuencias donde abundan los efectos especiales; vemos escenarios irreales, parajes adornados por luces celestiales que, paradójicamente, no transmiten la sensación de paz y bienestar que se supone deberían llegar al espectador.
Probablemente la culpa de todo ello recae en el director, Vincent Ward, que no sabe aprovechar los maravillosos decorados que otros han creado. Por otra parte, nos encontramos en un mundo enfrentado, de paraísos e infiernos, lleno de contradicciones, cuando se supone que, tal y como le dicen al protagonista, cada uno puede elegir qué hacer en él (vamos, que me suena un poco raro eso de castigar a los suicidas y a los locos). Y es que el guión de Ron Bass es pretencioso, y parece aspirar a ser algo más de lo que en realidad es, con frases rimbombantes y recursos por el estilo. Sin embargo, esta vez sí hay que agradecerle que haya optado por el final feliz, pues era algo necesario después de ver tanta tragedia.
Particularmente me gusto muchisimo.
Salu2