Calificación:
  • 0 voto(s) - 0 Media
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
Dos policías y un hecho triste (Cuento)
#1
Este me gusto asi que lo comparto con ustedes. Abrazo.

Dos Policías y un hecho triste.
-Un muerto en la avenida Campo de Mayo al 7200. Todas las patrullas disponibles favor de presentarse –Decía la radio.
-¿Qué decís? ¿Vamos? Estamos a seis cuadras.
-Bien, ¿Qué esperamos?
Luis, el oficial que manejaba, y Carlos, el otro oficial, Pusieron en marcha el auto pero este se apagaba del frío que hacía.
De pronto, entre la niebla nocturna, vieron a un encapuchado correr. Parecía desesperado, aunque la cara no se le veía bien por que llevaba una capucha sobre la cabeza. Los policías bajaron del auto con la sospecha de que aquel sujeto podría ser al que buscaban.
-¡Alto! ¡Policía! –Gritó Luis y el tipo se detuvo, aunque no del todo, caminaba lento.
-Debo llegar a la casa de mi novia –Dijo el tipo y empezó a correr de nuevo.
Luis no dudo y disparó dándole de lleno. El tipo cayó al suelo y no se movió más.
-¡¿Qué hiciste?! ¡Estaba desarmado!
Pero la sorpresa fue grande cuando se acercaron al cuerpo sin vida… No había cuerpo, solo la ropa vacía.
-¿Dónde está?
-No se, yo me rajo –Dijo Carlos y Luis lo siguió. Pusieron en marcha el coche y fueron a la escena del crimen. Al bajar del auto, el susto fue terrible. El muerto era igual, incluso en ropa, al que mataron ellos.
Los testigos y cuatro policías que llegaron antes que ellos, dijeron que el hombre había convulsionado después de muerto.
Al día siguiente, Luis compro el periódico para su jefe. La historia estaba en primera plana:
“Un joven de 25 años que iba a la casa de su novia en la noche de ayer, fue baleado por un desconocido. Su novia, una joven maniaco depresiva, fue encontrada muerta en su bañera. Según fuentes policiales: suicidio.”
Luis, al leer esto se sorprendió. No solo había matado al joven si no que había sido responsable de que su novia muriera.
Desde aquel momento Luis se interno por voluntad propia en un psiquiátrico con el miedo de que las almas aún lo persiguieran. Rezando todos los días desde entonces por su propia vida.





Raziel Saehara
Responder